PARADOR ARISTON CAFÉ - MAR DEL PLATA


21 abril, 2010


La forma de trébol delata la presencia del Parador Ariston, situado en la actual Playa Serena sobre la ruta provincial Nº 11, camino a Miramar. La autoría se le atribuye al arquitecto húngaro Marcel Lajos Breuer, en colaboración con los arquitectos argentinos Carlos Coire y Eduardo Catalano
Breuer viajó a Buenos Aires convocado por la UBA para dictar un curso de ocho semanas en la Facultad de Arquitectura y que durante esa temporada recibió la propuesta de realizar el parador en la zona sur de Mar del Plata. La obra se levantó entre agosto y septiembre del año 1947, con el propósito de ser un lugar de entretenimiento y reunión social.
En un lugar despoblado por entonces, el innovador diseño permitía observar el mar y las dunas circundantes. La estructura de hormigón armado se construyó mediante un sistema hiperestático de cuatro pórticos múltiples. En la losa superior, las piezas horizontales de los pórticos se invirtieron a fin de lograr como cielo raso una superficie continua, que simplificara el interior. Las losas poseen doble armadura a fin de disminuir su sección. Con el mismo propósito las piezas verticales fueron empotradas en sus bases. Dada la cantidad de hierro necesaria para las piezas verticales, se utilizó piedra Mar del Plata partida con medida máxima de tres cuartos de pulgada y manteniéndose la relación 40% de la arena de médano y 60% de polvo de cantera.
En la planta baja, llamada “la caja de vidrio”, se hallaba el hall de llegada, el guardarropa y los baños para ambos sexos. En la parte posterior, formando un volumen independiente, se habían ubicado las dependencias de servicio para el maître, que constaban de cinco habitaciones para mozos, baños, comedor y depósito.
En el primer piso se encontraban el salón, el bar-cocina fría y la pista de baile, revestida con chapas de metal inoxidable sobre un entablonado de madera machimbrado. La superficie que mira al oeste se había protegido con mayores elementos opacos debido a las condiciones climáticas. Además, tenía cortinas de colores primarios (rojo, verde, azul) que bordeaban los lóbulos restantes y permitían controlar los efectos del sol.
Lamentablemente el parador Ariston no se encuentra dentro del listado de bienes patrimoniales de la ciudad de Mar del Plata (dispuesto en la Ordenanza Municipal Nº 10.075, denominada Código de Preservación Patrimonial, y realizado en 1995).
ARISTON, ayer 2004

ARISTON, hoy . . . 2009

A raíz de una denuncia presentada en septiembre de 2007 ante el Honorable Concejo Deliberante, se realizó un informe de situación sobre el Parador Ariston, que incluyó la búsqueda de antecedentes históricos, la captura de imágenes fotográficas y el análisis de la arquitectura; también se indagó acerca del autor y las razones por las cuales se considera importante la obra. Sobre el particular, se explicó que se tienen en cuenta aspectos tales como: que se trate de una construcción de losa en forma de trébol realizada en 60 días, en la cual se usaron tecnologías para que el fragüe del hormigón fuera mas rápido. Para incluir bienes al listado de protección patrimonial se debe realizar un análisis de los atributos históricos, simbólicos y sociales, arquitectónicos y ambientales, que son los tres grandes campos de valoración. Por este tema se consultó con el arquitecto Enrique Madia –director de la Consultoría Argentina García Madia & Asociados, dedicada a la preservación del patrimonio histórico en Latinoamérica–, quien informó lo siguiente: “Los requisitos son: que la construcción sea producto de un arquitecto de reconocimiento mundial, en este caso Breuer y Catalano; que pertenezca a un movimiento arquitectónico de trascendencia, aquí se trata del movimiento moderno; y por último, que tenga innovaciones tecnológicas, como el uso del hormigón armado con grandes voladizos y de aventanamientos corridos, entre otros”.
Las características mencionadas son fundamentales a nivel internacional en los documentos producidos por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios ICOMOS y la UNESCO.
Mientras se investigan, analizan y presentan las formalidades, urge atender a la situación real, dado que el parador es propiedad privada, y no recibió el mantenimiento adecuado para su conservación. El administrador de la propiedad informó que se realizaron varias intervenciones en el edificio desde 1993. Al parecer, las construcciones contiguas datan de la década de 1970 y “son producto de una sucesión de malos alquileres”. Al respecto, la arquitecta Roma añadió que las malas incorporaciones, como los locales y ampliaciones de superficie, se realizaron con materiales que no respetaban la singularidad de la obra. “Se prestó atención a cuestiones funcionales y utilitarias y se perdió de vista continuar con el atributo arquitectónico, o al menos integrarlo adecuadamente”, sostuvo. En la actualidad el inmueble se encuentra tapiado.
En casos como éste, cuando las obras son privadas pero de interés público, es posible que haya algún grado de conflictividad; por eso es importante investigar y actuar con mesura. Y también es necesario ampliar la conciencia en la población de la importancia de reconocer y defender el patrimonio local como uno de los valores que hacen a la esencia cultural de los argentinos.
Fuente: Daniel Soria Velázquez